El brezo es un arbusto pequeño y frondoso, con un tallo ramificado que crece sobre los acantilados marinos, en los bosques claros de suelos pobres y en las landas.
Es a finales de otoño que todos estos lugares se tiñen con las tonalidades malvas de sus flores.
Pero el brezo, a parte de ofrecernos estos paisajes maravillosos, es una planta muy usada en fitoterapia principalmente debido a su efectividad frente a diversas infecciones renales.
Los principios activos de esta planta contienen flavonoides, taninos, ácido silícico, ercina, ericinol, entre otras sustancias.
Pero os quiero destacar los flavonoides y los taninos, ya que tienen una acción antiinflamatoria que actúa especialmente sobre las paredes de la vejiga, permitiendo así aliviar los molestos y fuertes dolores de la cistitis.
Dicha acción también es ejercida en la próstata y junto la acción de la raíz de ortiga, es muy útil en el tratamiento de la hipertrofia postática.