Mascarillas faciales caseras según tu tipo de piel
Ya en la antigüedad nuestros ancestros solían preparar con ingredientes totalmente naturales como la cera de abeja, frutas, aceites, harina, huevos, y un largo etcétera, productos para el cuidado personal.
Por suerte en la actualidad hay más gente que se está aficionando a esa práctica. Digo por suerte, porque ya sabéis que soy muy pro de todos esos productos que podemos realizar con nuestras manitas en casa, porque nos da la ventaja que sabemos el tipo de productos que usamos, y por consiguiente que es en realidad lo que nos vamos a aplicar en nuestro cuerpo. Además podemos adaptarlas al 100% a nuestras necesidades, sin suponer un coste elevado y, para rematar la ecuación, suelen ser súper sencillas de hacer.
Pero la cuestión es, y hablando de mascarillas faciales: ¿nos aplicamos la mascarilla adecuada a nuestro tipo de piel?
Es decir, por internet por ejemplo, circulan miles de millones de mascarillas totalmente naturales, las cuales no digo que no sean aptas para ser usadas, simplemente que a veces cuando buscamos alguna receta de mascarillas caseras no caemos en la importancia que también supone tener en cuenta nuestro tipo de piel, y solemos limitarnos a simples mascarillas de un modo genético sin tener en cuenta dicho factor.
Por ello, y considerando que es algo que deberíamos tener en cuenta, he decidido realizar este post con unas cuantas mascarillas faciales caseras según vuestro tipo de piel.
Pero antes de entrar en materia, espero que me permitáis hacer un apunte.
Es casi tan importante saber el tipo de mascarilla debemos usar que cómo aplicarlas de un modo correcto para que tengan el efecto que esperamos de ellas.
Para empezar, antes de aplicarnos una mascarilla sobre nuestro rostro, debemos asegurarnos que nuestra piel está limpia. Para ello podemos usar nuestro gel facial habitual o la leche limpiadora para limpiar con profundidad nuestra piel, que retiraremos con agua tibia.
Hay gente que opta por realizarse una exfoliación, lo cual es otra opción también muy acertada, aunque debemos también tener en consideración que no sean muy agresivas, ya que como ya sabéis nuestra piel del cutis es delicada.
Cuando ya tengamos la piel bien limpia, es cuando ya podemos aplicarnos la mascarilla en cara y cuello, por ejemplo, con ayuda de un pincel grueso, o de los propios dedos.
Como siempre os digo es importante realizar la mezcla de la mascarilla en un recipiente de cristal o plástico, ya que el metal suele disminuir las propiedades de los ingredientes naturales utilizados.
Y ¿la dirección de aplicación importa? Por supuesto. El modo de aplicar nuestra mascarilla debe ser siempre de un modo ascendente, es decir, de arriba a abajo, y posteriormente, desde el centro a los laterales, evitando la zona de labios, orejas y ojos.
En la zona del cuello, debe aplicarse desde la zona central a los laterales,
Su tiempo aproximado de aplicación rondará entre 15 y 30 minutos, aunque puede haber de menos tiempo, y posteriormente la retiraremos con agua tibia sin friccionar, con ayuda de una esponja por ejemplo, aunque yo soy más echarme agua directamente hasta dejar la cara limpia completamente, y que la última agua que me aplico esté fresca, eso me da una sensación, precisamente, de frescura en la piel.
Y ya podemos aplicarnos un tónico para que los poros se cierren con más rapidez, y ya para finalizar la "ceremonia", aplicar pasados unos minutos nuestra crema facial hidratante o reafirmante, que será cuando notaremos la piel mucho más suave y luminosa.
Vamos ya a por las mascarillas faciales caseras según vuestro tipo de piel.
Pieles secas
La causa de tener la piel seca es un mal funcionamiento de las glándulas sebáceas. Estas no producen suficientes fluidos para lubricar bien la piel y protegerla contra las pérdidas de agua. Y en algunas ocasiones dicho mal funcionamiento se relaciona con la deficiencia de vitaminas y minerales.
Las pieles secas suelen caracterizarse por:
Triturar medio plátano con una batidora o tenedor, añade 2 cucharaditas de miel y 4 cucharadas de agua de rosas. Remover hasta conseguir una pasta homogénea. Luego añadir dos cápsulas de vitamina E y volver a mezclar. Aplicar una capa fina del producto sobre la piel del cuello y rostro y dejar actuar durante 5 minutos. Posteriormente enjuagar con agua caliente.
Mascarilla de cacahuetes
Debemos moler un puñado de cacahuetes en una picadora o mortero hasta que quede de ellos un polvo. Mezclaremos con ellos una cucharada de miel y otra de aceite de oliva, y removeremos hasta que quede una pasta totalmente homogénea, la cual podremos aplicarnos sobre el rostro. La dejaremos actuar durante unos 15 minutos y posteriormente retiraremos con agua tibia.
Mascarilla de aguacate y vitamina E
Para esta mascarilla necesitaremos media pulpa de aguacate que mezclaremos con 2 cucharadas de aceite de almendras y dos cápsulas de vitamina E. Cuando tengamos una mezcla homogénea, como en las demás mascarillas, la aplicaremos sobre el rostro y la dejaremos actuar 30 minutos. Posteriormente, en este caso, la retiraremos con agua fría.
Mascarilla de almendras
Como en la mascarilla de cacahuetes, picaremos un puñado de almendras hasta dejarlas en estado de polvo, mezclaremos con ellas una yema de huevo y una cucharadita de miel. Posteriormente le añadiremos una cucharada de agua caliente y lo removeremos todo hasta formar, como siempre una pasta homogénea. Extenderemos una capa gruesa de esta mezcla sobre la piel de rostro y cuello y la dejaremos actuar durante 30 minutos. La retiraremos con agua tibia, que os aconsejo que cuando lo hagáis, realicéis un suave masaje con la yema de los dedos para aprovechar la acción exfoliante que nos proporciona el polvo de almendras.
Mascarilla de huevo
Para realizarla deberemos batir la yema de un huevo, al que añadirémos media cucharadita de aceite de almendras y una cucharadita de miel. Extenderemos la mezcla homogénea sobre nuestro rostro, que os aconsejo que en este caso os ayudéis de un pincel, y la dejaremos actuar unos 25 minutos. Posteriormente la retiraremos con agua tibia.
Mascarilla de café y cacao
Debemos mezclar en un bol de cristal o plástico, 4 cucharaditas de café molido y 4 más de cacao. Luego agregaremos 8 cucharadas de leche entera y lo removeremos hasta que consigamos una pasta totalmente homogénea. La extenderemos sobre el rostro con ayuda de un pincel y la dejaremos actuar durante 15 minutos, que posteriormente enjuagaremos con agua tibia.
Mascarilla de chocolate
Para esta mascarilla debemos derretir al baño maría una barrita de chocolate puro sin azúcar, y añadiremos unas cucharaditas de aceite de almendras hasta conseguir una textura cremosa. Dejar que se enfríe un poco, y aplicar con la ayuda de un pincel en el rostro. Esperaremos que actúe durante unos 20 minutos y la retiraremos con agua fría.
Mascarilla de levadura de cerveza
Mezclar en un bol una cucharadita de levadura de cerveza, dos de miel, media cucharada de vinagre de sidra, dos cucharadas de nata agria y dos yemas de huevo. Lo removeremos todo hasta conseguir una masa homogénea y la aplicaremos sobre el rostro. Pasados unos 20 minutos la enjuagaremos con agua tibia.
Pieles grasas
En el caso de las pieles grasas, se ve brillante y aceitosa, y muchas veces deshidratadas. Su textura es grasa y áspera.
En este tipo de pieles la película hidro-lipídica se vuelve más gruesa y cerosa de lo normal, y por si eso no fuera suficiente, este tipo de piel tiende a presentar los poros más dilatados.
Las pieles grasas se caracterizan por:
Para realizar esta mascarilla mezclaremos en un bol el zumo de un limón y el de una naranja. con zumo de zanahoria y un yogur. Removeremos la mezcla y la extenderemos sobre el rostro y cuello, dejándola actuar de unos 10 a 15 minutos. Posteriormente la retiraremos con agua tibia.
Mascarilla de kiwi
Pelaremos un kiwi madurete, y lo trocearemos. Añadiremos dos cucharadas de yogur y lo pasaremos todo por la batidora hasta que quede una pasta homogénea, que extenderemos sobre el rostro y cuello realizando un suave y lento masaje. Esperaremos unos 15 minutos y luego la retiraremos con agua tibia.
Mascarilla de pepino y manzana
Licuaremos media manzana y medio pepino, añadiremos en la mezcla una clara de huevo y un pequeño chorrito de limón, que removeremos hasta conseguir una mezcla uniforme. Cuando lo tengamos bien mezclado, lo pondremos a enfriar en la nevera durante unas horas. Pasadas estas la aplicaremos frías sobre la cara y cuello y la dejaremos actuar durante 20 minutos. Posteriormente la retiraremos con agua tibia.
Espero como siempre que el artículo de hoy os sea de utilidad.
Como también si conocéis más mascarillas os animéis a compartilas con tod@s nosotr@s. ¡Ah! Y si os apetece, os invito a que compartáis el post, ¡es gratis! Jejeje Gracias.
¡Un saludo maj@s!
Por suerte en la actualidad hay más gente que se está aficionando a esa práctica. Digo por suerte, porque ya sabéis que soy muy pro de todos esos productos que podemos realizar con nuestras manitas en casa, porque nos da la ventaja que sabemos el tipo de productos que usamos, y por consiguiente que es en realidad lo que nos vamos a aplicar en nuestro cuerpo. Además podemos adaptarlas al 100% a nuestras necesidades, sin suponer un coste elevado y, para rematar la ecuación, suelen ser súper sencillas de hacer.
Pero la cuestión es, y hablando de mascarillas faciales: ¿nos aplicamos la mascarilla adecuada a nuestro tipo de piel?
Es decir, por internet por ejemplo, circulan miles de millones de mascarillas totalmente naturales, las cuales no digo que no sean aptas para ser usadas, simplemente que a veces cuando buscamos alguna receta de mascarillas caseras no caemos en la importancia que también supone tener en cuenta nuestro tipo de piel, y solemos limitarnos a simples mascarillas de un modo genético sin tener en cuenta dicho factor.
Por ello, y considerando que es algo que deberíamos tener en cuenta, he decidido realizar este post con unas cuantas mascarillas faciales caseras según vuestro tipo de piel.
Pero antes de entrar en materia, espero que me permitáis hacer un apunte.
Es casi tan importante saber el tipo de mascarilla debemos usar que cómo aplicarlas de un modo correcto para que tengan el efecto que esperamos de ellas.
Para empezar, antes de aplicarnos una mascarilla sobre nuestro rostro, debemos asegurarnos que nuestra piel está limpia. Para ello podemos usar nuestro gel facial habitual o la leche limpiadora para limpiar con profundidad nuestra piel, que retiraremos con agua tibia.
Hay gente que opta por realizarse una exfoliación, lo cual es otra opción también muy acertada, aunque debemos también tener en consideración que no sean muy agresivas, ya que como ya sabéis nuestra piel del cutis es delicada.
Cuando ya tengamos la piel bien limpia, es cuando ya podemos aplicarnos la mascarilla en cara y cuello, por ejemplo, con ayuda de un pincel grueso, o de los propios dedos.
Como siempre os digo es importante realizar la mezcla de la mascarilla en un recipiente de cristal o plástico, ya que el metal suele disminuir las propiedades de los ingredientes naturales utilizados.
Y ¿la dirección de aplicación importa? Por supuesto. El modo de aplicar nuestra mascarilla debe ser siempre de un modo ascendente, es decir, de arriba a abajo, y posteriormente, desde el centro a los laterales, evitando la zona de labios, orejas y ojos.
En la zona del cuello, debe aplicarse desde la zona central a los laterales,
Su tiempo aproximado de aplicación rondará entre 15 y 30 minutos, aunque puede haber de menos tiempo, y posteriormente la retiraremos con agua tibia sin friccionar, con ayuda de una esponja por ejemplo, aunque yo soy más echarme agua directamente hasta dejar la cara limpia completamente, y que la última agua que me aplico esté fresca, eso me da una sensación, precisamente, de frescura en la piel.
Y ya podemos aplicarnos un tónico para que los poros se cierren con más rapidez, y ya para finalizar la "ceremonia", aplicar pasados unos minutos nuestra crema facial hidratante o reafirmante, que será cuando notaremos la piel mucho más suave y luminosa.
Vamos ya a por las mascarillas faciales caseras según vuestro tipo de piel.
Pieles secas
La causa de tener la piel seca es un mal funcionamiento de las glándulas sebáceas. Estas no producen suficientes fluidos para lubricar bien la piel y protegerla contra las pérdidas de agua. Y en algunas ocasiones dicho mal funcionamiento se relaciona con la deficiencia de vitaminas y minerales.
Las pieles secas suelen caracterizarse por:
- Poros finos y piel delgada
- Cutis sin brillo y sensible
- Aparición de rojeces
- Tienden a arrugarse prematuramente
- Poca elasticidad de la piel
Triturar medio plátano con una batidora o tenedor, añade 2 cucharaditas de miel y 4 cucharadas de agua de rosas. Remover hasta conseguir una pasta homogénea. Luego añadir dos cápsulas de vitamina E y volver a mezclar. Aplicar una capa fina del producto sobre la piel del cuello y rostro y dejar actuar durante 5 minutos. Posteriormente enjuagar con agua caliente.
Mascarilla de cacahuetes
Debemos moler un puñado de cacahuetes en una picadora o mortero hasta que quede de ellos un polvo. Mezclaremos con ellos una cucharada de miel y otra de aceite de oliva, y removeremos hasta que quede una pasta totalmente homogénea, la cual podremos aplicarnos sobre el rostro. La dejaremos actuar durante unos 15 minutos y posteriormente retiraremos con agua tibia.
Mascarilla de aguacate y vitamina E
Para esta mascarilla necesitaremos media pulpa de aguacate que mezclaremos con 2 cucharadas de aceite de almendras y dos cápsulas de vitamina E. Cuando tengamos una mezcla homogénea, como en las demás mascarillas, la aplicaremos sobre el rostro y la dejaremos actuar 30 minutos. Posteriormente, en este caso, la retiraremos con agua fría.
Mascarilla de almendras
Como en la mascarilla de cacahuetes, picaremos un puñado de almendras hasta dejarlas en estado de polvo, mezclaremos con ellas una yema de huevo y una cucharadita de miel. Posteriormente le añadiremos una cucharada de agua caliente y lo removeremos todo hasta formar, como siempre una pasta homogénea. Extenderemos una capa gruesa de esta mezcla sobre la piel de rostro y cuello y la dejaremos actuar durante 30 minutos. La retiraremos con agua tibia, que os aconsejo que cuando lo hagáis, realicéis un suave masaje con la yema de los dedos para aprovechar la acción exfoliante que nos proporciona el polvo de almendras.
Mascarilla de huevo
Para realizarla deberemos batir la yema de un huevo, al que añadirémos media cucharadita de aceite de almendras y una cucharadita de miel. Extenderemos la mezcla homogénea sobre nuestro rostro, que os aconsejo que en este caso os ayudéis de un pincel, y la dejaremos actuar unos 25 minutos. Posteriormente la retiraremos con agua tibia.
Mascarilla de café y cacao
Debemos mezclar en un bol de cristal o plástico, 4 cucharaditas de café molido y 4 más de cacao. Luego agregaremos 8 cucharadas de leche entera y lo removeremos hasta que consigamos una pasta totalmente homogénea. La extenderemos sobre el rostro con ayuda de un pincel y la dejaremos actuar durante 15 minutos, que posteriormente enjuagaremos con agua tibia.
Mascarilla de chocolate
Para esta mascarilla debemos derretir al baño maría una barrita de chocolate puro sin azúcar, y añadiremos unas cucharaditas de aceite de almendras hasta conseguir una textura cremosa. Dejar que se enfríe un poco, y aplicar con la ayuda de un pincel en el rostro. Esperaremos que actúe durante unos 20 minutos y la retiraremos con agua fría.
Mascarilla de levadura de cerveza
Mezclar en un bol una cucharadita de levadura de cerveza, dos de miel, media cucharada de vinagre de sidra, dos cucharadas de nata agria y dos yemas de huevo. Lo removeremos todo hasta conseguir una masa homogénea y la aplicaremos sobre el rostro. Pasados unos 20 minutos la enjuagaremos con agua tibia.
Pieles grasas
En el caso de las pieles grasas, se ve brillante y aceitosa, y muchas veces deshidratadas. Su textura es grasa y áspera.
En este tipo de pieles la película hidro-lipídica se vuelve más gruesa y cerosa de lo normal, y por si eso no fuera suficiente, este tipo de piel tiende a presentar los poros más dilatados.
Las pieles grasas se caracterizan por:
- Más secreción sebácea de lo normal
- Poros dilatados
- Rojeces
- Untuosa, húmeda y brillante
- Envejece más lentamente y es más resistente a las agresiones externas (no todo tenía porque ser negativo)
Para realizar esta mascarilla mezclaremos en un bol el zumo de un limón y el de una naranja. con zumo de zanahoria y un yogur. Removeremos la mezcla y la extenderemos sobre el rostro y cuello, dejándola actuar de unos 10 a 15 minutos. Posteriormente la retiraremos con agua tibia.
Mascarilla de kiwi
Pelaremos un kiwi madurete, y lo trocearemos. Añadiremos dos cucharadas de yogur y lo pasaremos todo por la batidora hasta que quede una pasta homogénea, que extenderemos sobre el rostro y cuello realizando un suave y lento masaje. Esperaremos unos 15 minutos y luego la retiraremos con agua tibia.
Mascarilla de pepino y manzana
Licuaremos media manzana y medio pepino, añadiremos en la mezcla una clara de huevo y un pequeño chorrito de limón, que removeremos hasta conseguir una mezcla uniforme. Cuando lo tengamos bien mezclado, lo pondremos a enfriar en la nevera durante unas horas. Pasadas estas la aplicaremos frías sobre la cara y cuello y la dejaremos actuar durante 20 minutos. Posteriormente la retiraremos con agua tibia.
Mascarilla de arcilla verde
Mezclaremos arcilla verde en polvo con agua, que podemos encontrar en cualquier herbolario, incluso venden preparados ya hechos con la mezcla. A esta añadiremos unas gotas de aloe vera o de aceite de almendras para obtener mayores resultados. La dejaremos actuar unos 20 minutos y la enjuagaremos con agua fría.
Mascarilla de bicarbonato de sodio
Mezclaremos un poco de bicarbonato de sodio con agua templada hasta que formemos una pasta, que aplicaremos sobre el rostro y la dejaremos actuar hasta que se seque. La retiraremos con abundante agua fría.
Pieles mixtas
Mezclaremos arcilla verde en polvo con agua, que podemos encontrar en cualquier herbolario, incluso venden preparados ya hechos con la mezcla. A esta añadiremos unas gotas de aloe vera o de aceite de almendras para obtener mayores resultados. La dejaremos actuar unos 20 minutos y la enjuagaremos con agua fría.
Mascarilla de bicarbonato de sodio
Mezclaremos un poco de bicarbonato de sodio con agua templada hasta que formemos una pasta, que aplicaremos sobre el rostro y la dejaremos actuar hasta que se seque. La retiraremos con abundante agua fría.
Pieles mixtas
Las pieles mixtas son las más complicadas de cuidar ya que presenta zonas grasas y secas a la vez.
La zona grasa suele estar presente en la famosa zona T, que abarca la zona de la frente nariz y barbilla. En dicha zona es donde más podemos presenciar y notar los signos típicos de la piel grasa que antes os he comentado; puntos negros, sebo, poros dilatados, etc.
La parte externa de la zona T, es la zona seca, y en dicha zona la piel es más fina favoreciendo su descamación. Por el contrario, aquí no suelen aparecer granos y los poros suelen estar cerrados.
Lo lógico sería que pensar utilizar productos específicos para piel grasa y piel seca a la vez, aplicándolos en las zonas pertinentes, pero por contra, lo que debemos hacer es aplicar productos concretos y especiales para este tipo de piel.
Mascarilla de linaza
En un cazo pondremos media taza de agua a hervir. Cuando esté bien caliente, debemos agregar dos cucharadas de semillas de linaza que dejaremos cocer a fuego lento, hasta que se evapore la mitad del agua y nos quede una pasta viscosa. Lo retiraremos del fuego y dejaremos que se entibie, y ya podremos aplicar en el cuello y rostro. Pasados 15 minutos la retiraremos con agua tibia.
Mascarilla de papaya, piña y miel
Mezclaremos en un bol media taza de papaya y media de piña, ambas troceadas, a las que añadiremos una cucharada de miel. Aplastaremos todos los ingredientes hasta que obtengamos un a especie de puré. Aplicaremos dicha pasta en el rostro durante 20 minutos y la enjuagaremos luego con abundante agua tibia.
Mascarilla de germen de trigo
Mezclaremos en un bol, 2 cucharadas de miel 2 de germen de trigo y 1 de leche. Lo removeremos bien hasta, y como en todos los casos, obtener una masa homogénea. La extenderemos sobre el rostro y la dejaremos actuar durante 15 minutos. Luego la retiraremos con agua fría.
Mascarilla de cebada
Mezclaremos dos cucharadas de cebada cocida, 4 de yogur y 1 de fécula de maíz. La masa resultante la aplicaremos sobre el rostro y cuelo y la dejaremos actuar durante unos 30 minutos, que retiraremos posteriormente con agua fría.
Mascarilla de durazno
Mezclaremos la pulpa de durazno deshuesado con 4 cucharadas de yogur y 1 cucharada pequeña de fécula de maíz. Remover bien hasta que se forme una pasta homogénea, que aplicaremos en el cuello y rostro, dejándola actuar unos 15 minutos. La que enjuagaremos con agua fría.
Mascarilla de miel y yogur
Mezclaremos en un bol unas 3 cucharadas de yogur, una cucharadita de miel y una de fécula de maíz, que removeremos hasta obtener una pasta homogénea. Extenderemos una capa fina de ésta sobre el rostro y cuello y la dejaremos actuar unos 15 minutos. Pasado este tiempo, la enjuagaremos con agua fría.
Mascarilla de pera
Mezclaremos un cuarto de pera (y si es de Lleida, mejor), con un poco de yogur (una cucharada nos vale) y una cucharadita de fécula de maíz. Removeremos bien todos los ingredientes hasta formar una pasta homogénea. La extenderemos sobre la piel del cuello y rostro, y la dejaremos actuar durante 20 minutos. Luego la retiraremos con abundante agua, en este caso, fría.
Ya habéis visto que podemos realizar una gran cantidad de mascarillas naturales en casa, teniendo en cuenta nuestro tipo de piel, de un modo súper sencillo y además económico.
La zona grasa suele estar presente en la famosa zona T, que abarca la zona de la frente nariz y barbilla. En dicha zona es donde más podemos presenciar y notar los signos típicos de la piel grasa que antes os he comentado; puntos negros, sebo, poros dilatados, etc.
La parte externa de la zona T, es la zona seca, y en dicha zona la piel es más fina favoreciendo su descamación. Por el contrario, aquí no suelen aparecer granos y los poros suelen estar cerrados.
Lo lógico sería que pensar utilizar productos específicos para piel grasa y piel seca a la vez, aplicándolos en las zonas pertinentes, pero por contra, lo que debemos hacer es aplicar productos concretos y especiales para este tipo de piel.
Mascarilla de linaza
En un cazo pondremos media taza de agua a hervir. Cuando esté bien caliente, debemos agregar dos cucharadas de semillas de linaza que dejaremos cocer a fuego lento, hasta que se evapore la mitad del agua y nos quede una pasta viscosa. Lo retiraremos del fuego y dejaremos que se entibie, y ya podremos aplicar en el cuello y rostro. Pasados 15 minutos la retiraremos con agua tibia.
Mascarilla de papaya, piña y miel
Mezclaremos en un bol media taza de papaya y media de piña, ambas troceadas, a las que añadiremos una cucharada de miel. Aplastaremos todos los ingredientes hasta que obtengamos un a especie de puré. Aplicaremos dicha pasta en el rostro durante 20 minutos y la enjuagaremos luego con abundante agua tibia.
Mascarilla de germen de trigo
Mezclaremos en un bol, 2 cucharadas de miel 2 de germen de trigo y 1 de leche. Lo removeremos bien hasta, y como en todos los casos, obtener una masa homogénea. La extenderemos sobre el rostro y la dejaremos actuar durante 15 minutos. Luego la retiraremos con agua fría.
Mascarilla de cebada
Mezclaremos dos cucharadas de cebada cocida, 4 de yogur y 1 de fécula de maíz. La masa resultante la aplicaremos sobre el rostro y cuelo y la dejaremos actuar durante unos 30 minutos, que retiraremos posteriormente con agua fría.
Mascarilla de durazno
Mezclaremos la pulpa de durazno deshuesado con 4 cucharadas de yogur y 1 cucharada pequeña de fécula de maíz. Remover bien hasta que se forme una pasta homogénea, que aplicaremos en el cuello y rostro, dejándola actuar unos 15 minutos. La que enjuagaremos con agua fría.
Mascarilla de miel y yogur
Mezclaremos en un bol unas 3 cucharadas de yogur, una cucharadita de miel y una de fécula de maíz, que removeremos hasta obtener una pasta homogénea. Extenderemos una capa fina de ésta sobre el rostro y cuello y la dejaremos actuar unos 15 minutos. Pasado este tiempo, la enjuagaremos con agua fría.
Mascarilla de pera
Mezclaremos un cuarto de pera (y si es de Lleida, mejor), con un poco de yogur (una cucharada nos vale) y una cucharadita de fécula de maíz. Removeremos bien todos los ingredientes hasta formar una pasta homogénea. La extenderemos sobre la piel del cuello y rostro, y la dejaremos actuar durante 20 minutos. Luego la retiraremos con abundante agua, en este caso, fría.
Ya habéis visto que podemos realizar una gran cantidad de mascarillas naturales en casa, teniendo en cuenta nuestro tipo de piel, de un modo súper sencillo y además económico.
Espero como siempre que el artículo de hoy os sea de utilidad.
Como también si conocéis más mascarillas os animéis a compartilas con tod@s nosotr@s. ¡Ah! Y si os apetece, os invito a que compartáis el post, ¡es gratis! Jejeje Gracias.
¡Un saludo maj@s!
2 comentarios
las mascarillas faciales son indispensables para el cuidado de la piel, que actualmente es dañada por toda clase de agentes ambientales, por eso son importantes esta clase de tratamientos para cuidar de la salud familiar
ResponderEliminarInnegables los beneficios que nos brinda la naturaleza, para nuestro cabello y nuestra piel sobre todo
ResponderEliminar¡Anímate a comentar! ♥Tu opinión es muy importante para mí♥